Hoy como ayer tengo
en las manos
mi destino bien
cogido
y sin soltarlo ni un
momento
cuando miro ya se ha
ido,
se ha escondido, ha
mutado.
Hoy, más que ayer, no
me preocupan
ni la inseguridad ni
la locura,
ni el quedar bien con
los demás,
los caminos están
llenos de cigarras
con guitarras y un
compás.
Hoy sé que ayer falté
a la gente
por curtir un
poquitín el interior,
si quieres te esbozo
lecciones
para limpiar armarios
y cajones
con dos cojones y a
piñón.
Hoy ya es ayer y va
avanzando
mientras miramos
nuestro alrededor
y sigue dependiendo
de nosotros
usar el tiempo con
acierto,
con criterio, con
amor.
Mañana puede ser un
nuevo día
completamente
idéntico al anterior.
Y pasa a diario.
Y estremece sólo
pensarlo.
Y cruzamos los brazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario